Jaime Ruiz Otis además de artista, se considera a sí mismo un pepenador con suerte. Desde hace diecinueve años se ha aventurado en depósitos industriales en búsqueda de desechos de maquiladoras y recicladoras; deshechos que después usa como insumos para sus pinturas, esculturas, instalaciones y, en general, su obra. El resultado de esas dos décadas de re-interpretaciones y re-contextualizaciones llega a Oaxaca con “Intuir el azar” la nueva exposición que el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), con la curaduría de Daril Fortis, traen desde Tijuana.
A pocos días de ser inaugurada la exposición (el viernes 18 de mayo de 2018), y con la emoción visible en sus rostros, charlamos con Jaime y Daril sobre la exposición, la trayectoria de Jaime, los retos en la curaduría dirigida por Daril, así como las expectativas que ambos tienen al traer esta propuesta al público Oaxaqueño.
Daril: Tu has hecho la curaduría de “Intuir el azar”, para eso tuviste que revisar diecinueve años de trabajo de Jaime, ¿cuáles fueron los hilos conductores de esta exploración? ¿Qué guió tu búsqueda a través de su trabajo?
D: Fue enfocado, sobre todo, hacia el proceso de Jaime. Él es alguien que ha tenido mucha producción y que también ha tenido mucha exposición de su trabajo, sobre todo en Tijuana, pero siempre con una lectura apegada al concepto de “maquila” y del “reciclaje”. A mí me interesaba hacer una lectura sin negar esa parte, que es evidente en la obra de Jaime, pero sí que pudiera lanzar otra cosa sobre su producción. Entonces me enfoqué, más que en el origen de los materiales -porque finalmente desde ahí se hace la lectura, son deshechos de la industria maquiladora en su mayoría, recontextualizadas y reutilizadas para generar obra artística, a mí me interesó ir más allá de ese origen, ir al proceso en sí: ¿Cómo se transforma un objeto descartado, en una obra de arte? ¿Cómo lo hacía Jaime? Y creo que ahí es donde reside la propuesta artística de Jaime; no tanto utilizar el residuo por sí mismo, porque de hecho hay otros artistas que lo hacen, sino cómo es que lo utiliza.
Entonces empecé a indagar dese ahí, comencé a entrevistar a Jaime sobre sus procesos anteriores, porque también tiene obra en años tempranos muy relacionada con la pintura, muy enmarcado en lo académico, pero que se fue desprendiendo de eso para entrar a esta nueva línea de investigación que tiene 19 años investigándola; ciertamente ha tenido diferentes líneas, pero si hay una constancia en esta investigación. Digamos que por eso se llama “Intuir el azar”, porque tiene mucho que ver con el azar que lleva a Jaime a la búsqueda de estos materiales, y a los hallazgos, pero también que se desarrolla mucho a partir de la intuición de Jaime; no es solamente el azar, sino los ojos de Jaime que pueden interpretar un deshecho, entonces ese es el lado que me interesaba dejar palpable: Ese proceso.

Foto: Cortesía de MACO
Daril, en tu opinión: ¿Cuáles crees que sean las marcas que diferencian el trabajo de Jaime con otros artistas que trabajan con esos métodos de reciclaje?
D: Creo que hay piezas muy específicas en donde solamente hay una re-contextualización, un “ready made”, como los “fósiles”, en donde solamente utilizan los dispositivos de fetichización del museo para generar una pieza pero que finalmente no intervienen directamente el objeto. Y hay otras piezas en donde se utilizan más materiales plásticos para construir otra pieza; digamos que una de las diferencias que yo veo en Jaime es eso: Es un tratamiento medio, en donde todavía se puede ver el discurso inmanente de los materiales, es decir, de dónde vienen, por qué son, y qué políticas implican, pero también están lo suficientemente tratados para que sean una textura o un color, en la que existe la ambigüedad pero que mantienen las dos cosas: No es ni puro deshecho hecho obra de arte, que sea un discurso netamente político, ni tampoco es solamente la recolección de materiales para construir una pieza en la que no se vea el origen.
Creo que ese punto medio es sustancial en la obra de Jaime. Porque podemos ver el discurso detrás de ese material: como las condiciones laborales de la maquila, la situación económica de Tijuana y su relación fronteriza con el primer mundo. Pero no es evidente, y ahí también puedes contemplarla desde la composición, desde la textura, como una obra de arte en sí misma sin una carga política. Por eso es una revisión que hace mucho hincapié en la poética y política de la obra, y cómo conjunta esas dos cosas.
Jaime: Todos coinciden en que tu carrera artística comienza en 1999.
¿Tú que opinas, en donde crees que inicia esto?
J: Yo descubrí esta posibilidad en el 99’ en las obras, cuando trabajaba en la maquila; a la hora de la comida me iba a pepenar al parque industrial. Pero ya recapitulando mi vida; no viene de ahí eso, viene desde pequeño, desde que me gustaba estar en los lotes vacíos, andar buscando cosas tiradas, y desde que empecé a pintar también, siempre trabajaba con materiales que me encontraba, no fue algo que de ahí nació sino que eso ya viene desde tiempo atrás.
Sí, desde el principio, pero sin esa conciencia de ir a buscar estos materiales. Desde que empezaba a pintar yo trabajaba con pedazos de madera, con lo que me encontraba, con todo tipo de cosas; entonces no empieza en el 99’, empieza antes…

Foto: Cortesía de MACO
A esta conclusión puedes llegar ahora, en retrospectiva, o crees que desde un principio lo tenías muy claro…
J: ¿De esto? No, esto si fue todo un hallazgo juzgo en el 99, desde el nombre de la serie, hasta mi firma, todo se fue dando muy interesante; fue una sorpresa también, fue encontrarme con contenedores de basura llenos de hoja de oro, o papel, piel, toner de fax; y empezar a usarlos como un material plástico que iba a ser tirado a la basura, y no lo fue. Después de lo de las maquilas me empecé a enfocar un poco más en las recicladoras, porque en la maquila, pues si tiran muchas cosas -van cambiando las maquilas, de repente, después de un año que no voy a una maquila, regreso y ya no está, entonces va transformándose todo- y empecé a visitar las recicladoras de plástico, de metal; esas se me hacen bien interesantes, porque son toneladas de cosas, piezas y sorpresas, todo junto en un mismo lugar, ya no tengo que ir de contenedor por contenedor, sino aquí todo junto, y a escarbar y a ver. Hay mucho material, y las maquilas lo venden, y no lo tiran, entonces son materiales un poco más interesantes, como micas de plástico, metal de acero, otro tipo de cosas. Entonces si ha ido evolucionando mi proceso en cuestión de material.
Aquí en Oaxaca, que ya tengo dos años acá, siento la necesidad de ir a buscar en los chatarreros. Siempre he trabajado con eso, y me motiva y me entusiasma mucho, me inspira, me sorprende.
Jaime: He leído que encuentras una cercanía entre tu labor y la de los pepenadores. ¿Cuáles crees que son las similitudes, entre lo que haces y lo que hace alguien que selecciona la basura por necesidad, y cuales las diferencias?
J: Pues la acción, nada más. Porque ellos lo usan para sobrevivir y es su trabajo. Y yo lo uso, pues… también para sobrevivir…
D: Eso estaba pensando yo, y también es tu trabajo…
J: Si, es mi trabajo, pero yo no sé si los pepenadores les guste su chamba o no.
A mí sí me gusta ir a buscar cosas, yo no lo veo como un trabajo, lo veo como si me dieran un crédito para entrar a una tienda: “Elige lo que quieras”.

Foto: Cortesía de MACO
Algunos dirían que ha sido una constante en tu proceso, la de embellecer lo descartado. ¿Es esto una provocación, en medio de nuestras sociedades de consumo y de deshecho?
J: Sí. Por ejemplo, el cuarto de la instalación dorada, la gente se sorprende y me pregunta: Wow ¿Cúanto te gastaste? Y yo les digo, “no pues me lo encontré en la basura”. Si es como encontrar la belleza en estos materiales y utilizarlos en mi pintura, instalación, gráfica… Todo lo que se pueda. A veces los materiales… No siempre es así de que “ah, me pongo a trabajar en esto así…” Sino que a veces se van añejado ahí. Ya sea que me encuentre otro material o nazca la idea… Se empieza a crear.
Daril: ¿Cuáles fueron las facilidades, y cuales lo retos de montar una exposición como esta en un espacio como el Maco?
D: El espacio tiene unas características muy específicas por la arquitectura del edificio, y sobre todo porque la exposición fue hecha y producida por el CECUT y para el CECUT (Centro Cultural Tijuana), en una sala que se llama el cubo, y que finalmente es un cubo blanco. Ahí se construyó la museografía, y estuvo distribuida por nodos temáticos, entonces cada uno de los nodos tenía el espacio distinto y así se construyó, entonces el gran reto acá es conservar el guión curatorial en relación con los espacios disponibles que tenemos. Sí ha sido un reto hacer que la coherencia o la unidad temática de estos nodos se conserve en los espacios que tenemos, y sobretodo también en las salas, las primeras, que tienen estos frescos que no se pueden intervenir, y que de todas maneras, aunque no se intervengan, pues conviven con la obra de Jaime. Entonces fue todo un reto hacer que estas cosas convivan al mismo tiempo.
También creo que una de las facilidades ha sido en la parte de la instalación. En CECUT no se pudo hacer, por ejemplo, el cuarto dorado, por las características de la sala. Aquí hay cuartos que se adaptan perfectamente a esta pieza, y se agregó esta pieza. Otra de las piezas es una instalación sonora con un objeto plástico flotando, y también tiene un espacio propio en donde funciona. También el video. Así, en general, como también en el jardín que se va a hacer en el cubo abierto, tienen mayor funcionalidad en este espacio, El reto, eso si, es con las piezas bidimensionales: las pinturas, las gráficas, ¿cómo conservamos la unidad discursiva propuesta, para un espacio que ahora es súper diferente?
Otro reto ha sido la contextualización de la obra; proponer materiales interpretativos que puedan darle pista a la gente que a lo mejor nunca ha ido a Tijuana y que no conoce que hay una industria maquiladora súper amplia, o que se generan todo este tipo de deshechos. Inclusive hablo un poco sobre la vida de Jaime, una pequeña semblanza, entonces un poco guiar al espectador, y darle herramientas para que pueda no solamente contemplar las piezas desde la postura plástica o estética, sino también llevarse la porción política que sí está en la obra de Jaime, y que hay que darle un poco más de antecedentes para que puedan leerse.

Foto: Cortesía de MACO
Jaime: Ante esta retrospectiva que fue inaugurada en tu estado natal y que ahora llega acá; con dos décadas de trayectoria artística, y lo doble de vida ¿Cómo te sientes hoy, de saber que está a punto de exhibirse en Oaxaca?
J: La verdad me da mucha emoción que por fin se va a hacer aquí en el MACO, porque sí estuvo cambiándose la fecha… Pero he estado trabajando bastante en lo de la instalación y en lo del tapete, y en otras cosas, y yo creo que voy a sentir más emoción cuando ya esté todo puesto. Pero sé que va a salir muy bien.
Y cuál es su expectativa ¿Qué esperan que la exposición provoque en el público de Oaxaca?
D: Yo más que expectativa tengo mucha curiosidad en cómo va a ser recibida la propuesta de Jaime, porque sí sale de las propuestas habituales de la región; porque por ejemplo, en Tijuana de alguna manera era algo que se esperaba, porque ya hay un conocimiento del trabajo de Jaime, y de este imaginario de la maquila. Más bien a mi me interesa saber cómo se va a relacionar el público con la exposición, y si va a haber una conexión con este imaginario de la maquila, cómo es que se van a conectar hacia allá. Creo que eso va a ser muy interesante.
Por otro lado, creo que algunas piezas como las instalaciones van a llamar mucho la atención de las personas, porque son piezas casi interactivas. Estoy seguro que este cuarto dorado va a ser súper fotografiado, muchas selfies y todo esto. El jardín también siempre causa mucha sensación de manejarse y de barrerse, porque son materiales a los que no estamos habitualmente expuestos. Creo que esa parte de las instalaciones será muy interesante ver cómo se relacionan. Creo que será una parte muy fuerte de la exposición.
J: En este cuarto dorado fue difícil decidir los colores de fondo; y viendo los frescos usé algunos colores de los frescos para que armonizaran. Yo creo que lo más importante, a parte de lo dorado y bello del espacio, van a ser los frescos; ya que los descubra, se van a ver bien.
D: Sí, esa relación de lo antiguo, lo colonial, con la propuesta de Jaime que es muy industrial y contemporáneo -en un sentido de cultura contemporánea- va a contrastar mucho y va a resaltar mucho, y de hecho, también por eso en pocas salas se hicieron modificaciones para agrandar muros, la idea era conservar las puertas, los frescos, porque me interesa eso: ensayar la relación entre lo contemporáneo y lo colonial y lo antiguo.
Es como una doble descontextualización: Primero los deshechos de la maquila, a la obra de arte, y luego el imaginario de las maquilas del norte, al imaginario del sur…
D: Exacto, entonces creo que esa parte de convivencia, falla o síntesis, no sé, eso que ocurra… eso va a ser súper interesante con que la exposición sea acá, en el MACO; que no es un cubo blanco, como el CECUT, en donde básicamente estaba el discurso de la obra aséptico y aislado, acá va a convivir con muchas otras cosas…

Foto: Rafael E. Lozano