El invierno no se acerca, ¡ya está aquí!. Se puede sentir en el aire frío, en esas ganas locas de tomar ponche (con o sin piquete), en las deliciosas comidas decembrinas y en el maratónico desfile de posadas, fiestas y calendas. Esta época del año es celebrada en casi todo el mundo, pero a continuación les mostramos 7 razones por las que la época invernal en Oaxaca es única en el planeta.
1. Posadas
Se celebran en Oaxaca y todo México y conmemoran la peregrinación de María José y horas antes del nacimiento de Jesús. Un grupo de peregrinos cantores (ya sea vestidos de María y José si la onda es muy purista, o cargando un pequeño nacimiento y velas) pide “posada” o asilo afuera de varias casas. Después de varios intentos nada fructíferos encuentran un corazón generoso que les abre la puerta de su casa. La bienvenida se celebra con alivio y felicidad, y para ello se reparte ponche, tamales, molletes y, obviamente, se rompe la piñata. Las posadas se empiezan a celebrar 9 días antes de Nochebuena, así que aún están a tiempo. Aunque la celebración tiene raíces completamente católicas, en México tienen un sello especial: aquí las cumbias y el espíritu fiestero de chicos y grandes las convierten en una celebración navideña obligada.
2. Noche de Rábanos
El 23 de diciembre de cada año se celebra la única y tradicional Noche de Rábanos. Esta celebración es 100% oaxaqueña y se trata de un concurso en que personas talentosas de todas las edades hacen maquetas hechas únicamente con rábanos. Los temas representados cubren muchas tradiciones; se tallan figuras de animales fantásticos o de personajes con trajes típicos, se replican fiestas oaxaqueñas, momentos de la vida cotidiana, o escenas con motivos navideños (como el nacimiento de Jesús o la visita de los Reyes Magos). El concurso inicia desde muy temprano y se lleva a cabo en el zócalo. Si están interesados, es recomendable que vayan lo más temprano posible, pues hacer fila puede durar hasta tres horas. Durante esta noche los oaxaqueños más talentosos echan a andar su creatividad y habilidad para tallar rábanos, que son enormes y se cosechan de manera especial para este día.
3. Día de los Santos Inocentes
El 28 de diciembre es un día de locura. Los periódicos y las redes sociales se inundan de noticias sorprendentes y hasta escandalosas…sólo que hay un detalle: todo es una broma. Así que si ese día se cruzan con alguna noticia inesperada, tranquilos, es sólo la banda cumpliendo el deber de celebrar “el día de los santos inocentes”. Manténganse alerta porque las bromas están a la orden y pueden ser desde muy “hardcore” hasta muy leves. En caso de que terminen cayendo, pues no queda otra que decirles la ya acuñada y sabia frase: “inocente palomita que te dejaste engañar sabiendo que en este día en nadie puedes confiar”.
4. Quema del Año Viejo y Fiesta de Año Nuevo
El día 31 de diciembre es muy simbólico, porque marca el fin de un ciclo y da paso al inicio de otro. Para hacer este ritual de la mejor manera, es necesario hacer una limpia de fuego, ¿cómo? pues quemando el año viejo y todo lo que viene con él. En Oaxaca es importante mirar hacia arriba, especialmente en esta época, ya que notarán que en muchos balcones o azoteas una especie de espantapájaros se la pasa tomando el fresco; es nada más y nada menos que un muñeco de tela con cara de anciano: el año viejo. Durante la víspera de año nuevo este muñeco arde en llamas, las malas vibras desaparecen y con alegría se recibe un año nuevo bebé lleno de ilusiones.
5. Reyes Magos
El día 5 de enero se conmemora la visita que los 3 Reyes Magos de Oriente hicieron al niño Jesús. Es bien sabido que los reyes regalaron al recién nacido cofres con mirra, incienso y oro. Aunque en estos días dar estos regalos a un niño es algo muy raro, los chavitos (y a veces no tan chavos) siempre esperan recibir algo, y mandan una carta al cielo (con un globo) esperando la generosidad de estos 3 caballeros. El día 6 de enero los niños reciben los regalos y parten la “Rosca de Reyes”, que es una especie de panqué muy rico decorado con fruta cristalizada y rellena de varias “sorpresitas”. Las sorpresas son figuras de plástico del niño Jesús que están escondidas en el interior de la rosca. El ritual de partir la rosca es un momento muy emocionante, ya que todos están pendientes por descubrir quién recibió una rebanada con “sorpresa”, ¿para qué? se preguntarán. Bueno, para tener un pretexto para seguir celebrando… Un consejo: no traten de tragarse el muñeco, no los salvará.

Imagen: Marchanta 2012, encontrada en Pinterest
6. Candelaria
En este día se conmemora la presentación de Jesús ante el templo, pero más allá de la celebración religiosa, en Oaxaca la Candelaria toma otra dimensión. El pretexto del muñeco en la rosca cobra sentido cada 2 de febrero. A la persona que haya recibido una rebana con “muñeco” le toca ser anfitrión en este día, léase como “sacar tamales para la banda”. De ahí que recibir o no el muñeco es asunto de estrés para los potenciales anfitriones y de risa para los futuros invitados. La Candelaria es la fiesta que cierra con broche de oro los eventos navideños en el estado. Los oaxaqueños aprovechan este día para despedirse del ambiente invernal en medio de más ponche, más molletes y mucha, pero mucha cumbia.
7. Nuestro propio Maratón
Entre la juventud mexicana esta temporada también se conoce como el Maratón Guadalupe-Reyes, es decir, las celebraciones invernales empiezan el día 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, y terminan el 6 de enero, Día de Reyes. Sin embargo, en Oaxaca nos gusta llevar todo al siguiente nivel, y nuestra interpretación se conoce como el “Maratón Juquila-Candelaria” (aunque investigaciones recientes apuntan a una segunda versión, el Maratón Muertos-Candelaria Octubre 31-Febrero 2). No importa si hay motivo o no, durante este plazo de casi 2 meses es completamente aceptable romper piñatas nada más porque sí… Muchos creen que estos maratones son pretextos para tomar alcohol, pero eso no es totalmente cierto; la cultura oaxaqueña se distingue por exaltar el festejo, porque es una manera de agradecer a la vida que hay salud y razones para ser felices y salir adelante. Así que ya saben, ¿quieren cerrar el año con manteles largos? ¡Vengan a Oaxaca!