Deep in Clay es un programa a cargo de Innovando la Tradición, una organización sin fines de lucro. A través de este programa, los visitantes pueden ser parte de una de las expresiones culturales más importantes de Oaxaca: el arte de hacer alfarería tradicional.
Innovando trabaja con seis comunidades en Oaxaca, y busca ayudar a incrementar el valor simbólico, económico y cultural de la alfarería oaxaqueña. Entre las actividades que se organizan hay talleres, cursos e intercambios que permiten a los artesanos desarrollar nuevas habilidades y conocimiento, así como recibir consejos en temas de diseño, organización, habilidades técnicas y mercadeo.
El programa Deep in Clay también permite que los participantes tengan un conocimiento más profundo sobre las tradiciones y el conocimiento de la alfarería, al tiempo que disfrutan la experiencia de trabajar con las manos en el barro, codo a codo con los grandes maestros. Qué Pasa Oaxaca decidió aventurarse y vivir esta experiencia.
Nuestro grupo visitó el pueblo de Santa María Atzompa, aproximadamente a 20 minutos de la ciudad. Nos recibieron los hermanos Juanita y Felipe, cuya familia ha trabajado el barro generación tras generación. Desde los ocho años ambos mostraron tener una profunda conexión con el barro, y consideran que el resultado de su trabajo es algo vivo, y no un simple objeto que sólo se encuentra en los museos.
Juanita y Felipe nos hablaron sobre las tradiciones de su familia y nos mostraron su trabajo: floreros de todos tamaños, jarras y ollas, la mayoría esmaltados con el tradicional verde de Atzompa, y otros con detalles floreados. Felipe nos contó sobre lo difícil que resulta mantener las tradiciones en una sociedad “modernizada”, en la cual muchos jóvenes se sienten más atraídos hacia otro tipo de trabajos. Relataron como en el pueblo no quedan más que tres artesanos, y afirmaron que si nadie rescata esta tradición, tal y como está sucediendo ahora, entonces desaparecerán las técnicas, el arte y el conocimiento acumulado por años en todo el pueblo.
Sin embargo, a través de programas como Deep in Clay están surgiendo nuevas oportunidades de compartir y colaborar con otros artesanos, tanto de Oaxaca como de otras partes del mundo. Felipe nos contó que antes de involucrarse con el programa les resultaba difícil tomarse un tiempo para asistir a talleres o a juntas con otros artesanos; y cuando lo hacían se sentían culpables, porque cualquier pausa se traducía en menos producción y menos dinero. Afortunadamente, gracias al apoyo extra, ahora se sienten menos nerviosos y muy felices de poder compartir su identidad y conocimiento en un ambiente de cooperación y ayuda mutua.
Después de tomar un vaso de agua de jamaica bien fría nos dirigimos al patio, en donde se nos explicó el proceso de selección de barro. Tuvimos la oportunidad de tocar el barro, dividirlo en pedacitos con un mazo grande de madera (muy satisfactorio, por cierto), tamizarlo y mezclarlo con agua para obtener una masa oscura y maleable.
Una vez que el barro estaba listo, Juanita se sentó en el torno y se puso a hacer un florero de gran tamaño. Mientras la veíamos, nos contaba lo importante que es hablar con el barro, pedirle permiso para hacer algo hermoso. Corroboramos que la conexión que ella tiene con el barro y con el proceso es infalible: parecía que el florero nacía del torno y tomaba forma de la nada. Para darle los toques finales empleó una variedad de productos que usamos diario: una tarjeta de crédito, una jícara, pedazos de zapatos y de sombreros. Cuando el objeto tuvo forma, Juanita lo decoró con pedazos de barro en forma de flores y hojas.
Después de Juanita vino nuestro turno para crear una pieza. Ella lo hizo ver todo muy fácil, pero creo que hay que reconocer que todos estábamos emocionados y seguros de las obras de arte que estábamos por crear. Trabajamos en todo tipo de objetos, floreros, botellas de mezcal, tazas y tazones. Desafortunadamente, nuestras habilidades prácticas no siempre estuvieron a la par de nuestra visión creativa. Sin embargo, con un poquito de ayuda todos logramos crear una serie de piezas bonitas. Juanita y Felipe se harán cargo de hornear y esmaltar nuestras piezas para que podamos llevarlas con nosotros. ¡No puedo esperar a ver el resultado!. El día terminó con una foto del grupo y de las piezas creadas, y con un delicioso almuerzo preparado por la misma Juanita.
Sin duda, este recorrido está diseñado para ensuciarte las manos, y he de decir que hay algo agradable y satisfactorio en eso. Basándose en un modelo de turismo participativo, el 50% del dinero del tour se invierte en mejorar las condiciones del taller, tanto para que los participantes tengan una mejor experiencia, como para que los artesanos mantengan vivas sus tradiciones.
Si quieren organizar tours, pueden contactar a Innovando la Tradición a través de su sitio web o por e-mail: visit@innovandolatradicion.org.
Las fechas y el tamaño del grupo son flexibles. El costo por persona es de $700 pesos.